En lo profundo del río Bojayá, Chocó, Oneida aprendió la tradición del alabao: cantos ancestrales de los pueblos negros para acompañar a las animas en su tránsito al más allá. El dolor de la guerra es su fuente de inspiración. Este es un viaje hipnótico por su mente y el río que la recorren, aguas llenas de luz y oscuridad, y un clamor para que llegue la reconciliación en un país abatido por uno de los conflictos más largos del mundo.