En toda historia, como en todo pasado, el silencio es el guardián de los secretos. Protege lo que no debe revelarse, ya sea por miedo o vergüenza. A veces, el silencio se arraiga hasta volverse costumbre, pero todo secreto palpita siempre como un fantasma: está presente incluso en su ausencia. Emely Vargas fue una diva olvidada del cine mudo colombiano, rodeada por la intriga de un pasado borrado. Hoy, su historia se asoma entre archivos dispersos y presencias borrosas, figuras difusas que siguen atadas a su nombre.