Programa 6 // Videogramas de una revolución (Dir. Harun Farocki, Andrei Ujică, 1992) Alemania, Rumania. 106 min.
Harun Farocki reúne sobre la mesa de edición los pedazos de un gran espejo que refleja múltiples rostros, con material de archivo registrado durante la revolución rumana de 1989. Junto con Andrei Ujică, juntan las manos para hacer posible una imaginación que solo la imagen revela, la caída de un régimen y los posibles ensayos de otros. ¿Qué sucede cuando la guerra se ve a la distancia? ¿cómo la vida que veo morir en la imagen mengua la vida de mis ojos que observan? ¿qué se supone que hagamos con tanto dolor? La imagen palpita y tiembla, se escapa. Farocki y Ujică, como sismógrafos, nos comparten una película que capta un terremoto.
Videogramas de una revolución (Dir. Harun Farocki, 1992) Alemania, Rumania. 106 min.
La caída del dictador Ceaucescu vista a través de grabaciones particulares y transmisiones en vivo de la televisión rumana. El seguimiento mediático de la insurgencia popular sirve como muestra para un análisis de los mecanismos de construcción de un discurso audiovisual. En contraste con la diversidad de testimonios fílmicos, la mirada oficial denuncia sus propios artificios, sus métodos de edición de la imagen adecuados a los intereses y la circunstancia.
Sobre ¿Cómo abrir los ojos?
En 1968, en la efervescencia del movimiento estudiantil, mientras estudiaba en la Academia de Cine y Televisión de Berlín y solo un año después de viajar por Colombia intentando, infructuosamente, conectarse con los movimientos guerrilleros, Harun Farocki hizo Sus periódicos. Allí, reconociendo el poder que tenían las imágenes en prensa y televisión para moldear la opinión pública en Alemania sobre la guerra de Vietnam, el Farocki de 24 años concluía que la lucha política no podía prescindir, en absoluto, de la creación de imágenes comunes. La imagen, decía, dicta la dirección de la piedra. La imagen nacía como un agujero de luz indicando posibles caminos.
Entender la potencia de las imágenes, escudriñar las maneras en que estas se han creado, los artefactos tecnológicos que las han hecho posibles, las personas que han estado detrás de ellas, y su proliferación desde el poder y las instituciones–policiales, bélicas y corporativas–ha sido la preocupación que ha atravesado la obra de Farocki. A veces pausando, rebobinando, hablando sobre ellas; a veces mediante el montaje, dejando que los gestos de los trabajadores hablen por sí mismos; a veces con humor, a veces conduciendo al tedio. Farocki dedicó su vida a explorar todas las estrategias posibles para despertarnos del letargo y, finalmente, abrir los ojos.
Curaduría de Luis Felipe Raguá y Valentina Giraldo Sánchez