Retrato documental por excelencia, en su centro está Mathilde Monnier, directora del Centro Nacional de Coreografía de Montpellier y un grupo de bailarines de élite a quienes lleva a través de numerosas y exigentes piezas de danza, cada una capturada en suntuosas imágenes de 8 y 16 mm por las cinefotógrafas Agnès Godard y Hélène Louvart.
Los talentos de Monnier son un punto de fascinación para el equipo de filmación. Su aura misteriosa, la de una artista en control de sí misma y, por extensión, de los espectadores, permanece en todas partes. El encuentro e intercambio entre dos artes, el cine y la danza, además del encuentro de dos mujeres: la cineasta Claire Denis y la coreógrafa Mathilde Monnier.