Desde que Dieter Genreith se separó de su esposa viaja año tras año a Tailandia, evadiendo así la soledad. Allí conoció a la joven Tukta, casi de la misma edad de su hija Carolin, a quien esta relación le causa enormes problemas: ¿Acaso su padre de más de sesenta años se diferencia de los muchos turistas sexuales alemanes? Carolin intenta comprender sus anhelos y temores y realiza un documental muy personal en el que ambas partes son suficientemente abiertas, sinceras y tolerantes como para aprender una de la otra. En Tailandia Carolin es la testigo de bodas de su padre. Si a pesar de las múltiples diferencias esta unión perdurará, está por verse.