“creo que el director es un incompetente. Lo digo tal como lo pienso”, dice un proletario en el archivo La bisagra, en el cual se debate Hasta pronto, espero, de Chris Marker y Mario Marret, la película con la que damos apertura a nuestra curaduría Archivos del sueño obrero.
La tensión entre película y realidad. Entre arte y recepción. Entre obra y personajes. Entre archivo y arte. Es lo que queremos explorar en esta edición de Vórtice. Es precisamente un archivo sonoro, el debate entre obreros que suscitó la película de Chris Marker y Mario Marret. Esta es la tensión que nos interesa subrayar en esta apertura del festival.
Hasta pronto, espero (Dir. Chris Marker, Mario Marret, 1967) Francia. 55 min.
“Es como estar viendo siempre la misma película, escuchando siempre el mismo disco”, dice uno de los trabajadores entrevistados. Quizás, tras el transcurrir de los años, debemos entender esta película de Marker y Marret como una ventana crítica hacía la condición misma del trabajo. La crudísima visión sobre las condiciones laborales de los obreros de la Rodia podemos entenderla hoy día como un punto de inflexión ante parte del proyecto soviético que (para esos años) enaltece el trabajo como herramienta para un nuevo futuro. Quizá, para nuestros días, claramente el trabajo no es algo positivo, y el asunto se trate, más bien, de estar contra el trabajo o de reinventarse la vida al margen del trabajo. El asunto tal vez es como lo sugiere Rancière: “la emancipación de la clase obrera no es la afirmación de valores específicos al mundo del trabajo. Es una ruptura del orden de las cosas que funda estos ‘valores’, una ruptura en la división tradicional que le asigna el privilegio del pensamiento a unos y las tareas de la producción a otros”.
La bisagra (Dir. Iskra, 1968) Francia. 12 min.
Charnière (La) o La bisagra, o como lo título el propio Marker, “punto de inflexión”, no es una película, es un archivo sonoro, acompañado solo por dos imágenes, grabado por Antoine Bonfanti, tras la primera proyección de Hasta pronto, espero en la fabrica en la que trabajaban sus propios protagonistas. El archivo resguardado por Iskra, la cooperativa fundada por Marker, registra las posiciones y primeras recepciones sobre la película: críticas, reflexivas y polémicas. Valga la pena copiar aquí un fragmento que no se escucha en el archivo que se proyectará, en el cual Marker responde a las críticas que hacen los obreros tras la proyección:
“Hemos realizado una actividad paralela, poniendo cámaras y grabadoras de audio en manos de jóvenes militantes, guiados por una hipótesis que es todavía evidente para mí: que siempre seremos, cuando mucho, exploradores bien intencionados, más o menos amistosos, pero desde el exterior; y que, como su liberación, la representación y expresión cinemática de la clase trabajadora le corresponderá a ella misma. Con equipos audiovisuales en mano, los trabajadores nos mostrarán filmes acerca de la clase obrera, acerca de lo que es estar en huelga, acerca del interior de las fábricas. Podemos ser diez mil veces más hábiles y menos románticos, y aun así estar limitados por la realidad cinematográfica que uno experimenta todo el tiempo, sea entre pingüinos o trabajadores: que, por supuesto, uno sólo puede realmente expresar aquello que uno vive”. Chris Marker.