La tumba de Jean Genet junto al mar; Eugénie, convertida en cantante; una dolorosa anécdota de Émile Zola en las minas de carbón, el sueño de un viejo amigo de viajar a las Islas Salomón, el retrato pictórico de una cortesana de Venecia y una tormenta… Estos son algunos de los fragmentos que conforman este mosaico personal que, por un mes, al estilo de Jonas Mekas, pretende registrar cronológicamente los pequeños acontecimientos en la vida del realizador belga. Un ejercicio íntimo que, inevitablemente, termina por ofrecer un retrato de su autor, aun cuando éste insista en dirigir su afectuosa mirada al mundo y las personas que lo rodean. Registros fílmicos, digitales y de video, componen este diario que no se olvida de invocar asimismo la fantasía y la ficción para extender el tiempo y capturar el brevísimo instante que es el presente “único y frágil como un sueño”.