Mal vivir

Si en Mal Viver João Canijo tenía en el centro del relato a las mujeres que gestionan un hotel turístico, en esta película el foco está puesto en sus huéspedes. Como un gran contraplano del mismo tiempo y espacio, situaciones o personajes que antes eran telón de fondo ahora pasan al frente. En forma episódica se despliegan la intimidad de tres habitaciones, y si la continuidad con la primera parte del díptico no es argumental, sin duda es temática, con las relaciones materno-filiales como un interés medular. Como decía aquel poema de Fabián Casas, “Parece una ley: todo lo que se pudre forma una familia”.