Alejandra regresa al Perú. Hace más de 20 años, ella y su madre abandonaron el país. En Cusco, haciendo trámites, descubre que su padre —a quien daba por muerto— está vivo y preso por haber militado en un grupo subversivo. Alejandra se propone, entonces, conocer a este hombre que la abandonó cuando ella tenía 3 años. Pronto, este viaje mutará hacia un tránsito interior para descubrir las trazas de su padre, su país y su propia identidad.