David Medina nació en Valledupar, creció en Maracaibo y vive en Bogotá. En su obra hay una pregunta incesante por el origen del lenguaje y su efecto en nuestro pensamiento. Medina formula experimentos que estiran las tensiones entre lo natural y lo artificial, desparramándose en libros, pantallas e instalaciones basadas en sonido, tiempo real y software generativo, para explorar la arbitrariedad de los métodos científicos y artísticos, la producción del sentido y la traducción como medio expresivo. Sus obras parten de un juego de reglas ejecutadas automáticamente por la máquina, que ponen en evidencia la desmesura de la producción algorítmica, el desplazamiento de la autoría total y lo potencialmente infinito.
Para el Salón Nacional de Artistas, creará una pequeña biblioteca de libros autogenerados por software que parten de Cien años de soledad en juegos que evidencian los bordes difusos del lenguaje y un coro de voces maquinales que intentan seguir el peregrinaje del sol.